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Una pareja en crisis que viaja a través del desierto de Nevada. Una joven solitaria que corre al encuentro de sus padres en Venecia en busca de no se sabe muy bien qué. Una mujer que visita a una amiga en Jamaica y se siente atraída por un lugareño casado, al tiempo que el novio de su amiga hace todo lo posible por librarse de ella y se aproxima un huracán. Una pareja alemana que viaja a Islandia a encontrarse con otra pareja a la que hace tiempo que no veían. Una chica de Berlín que se enamora del nuevo novio de su mejor amiga, a pesar de haberle prometido que eso no ocurriría. Son las cinco historias no cruzadas (porque en ningún momento ninguna tiene relación con cualquiera de las otras) que integran este fascinante film, resultado de la adaptación conjunta de dos exitosas novelas de Judith Hermann, Nothing but ghosts y Summerhouse, later.

La búsqueda del amor, las dificultades para mantenerlo una vez que se lo ha encontrado, las complicaciones intrínsecas del proceso de madurar, el miedo a la soledad, la etérea frontera entre la lealtad y la traición, la pérdida de las ilusiones juveniles... muchos y variados son los temas que toca (y casi todos con acierto y mucho criterio) el segundo largometraje de Martin Gypkens, que cuenta con los alicientes añadidos de unos hermosísimos paisajes (desde el desierto hasta páramos helados, pasando por el Caribe y los canales de Venecia) y un perfecto y ajustadísimo reparto coral, con actores de varias nacionalidades que utilizan diversos idiomas (alemán, inglés, islandés...).