CONTINUANDO EN EL CAMINO

 

Durante años pensar en el cine alemán era remitirse a clásicos como El ángel azul o Metrópolis, luego a nombres del nuevo cine alemán como Fassbinder, Herzog y Wenders o a la hora de los premios anotar El tambor de hojalata de Volker Schlöndorff con su Oscar durante años tan dorado como único. Y así fue, por varios años más, hasta que la referencia al Nuevo cine alemán cambió de década y se vislumbraba una pléyade de talentos encabezados por un inteligente film de consumo popular que fue éxito en todo el mundo llamado Good bye Lenin!

La historia continuó hasta el presente y hace tan sólo doce meses la pasada edición del Festival de Cine Alemán celebraba localidades agotadas en casi todas sus funciones pero principalmente la presencia en la programación de Toni Erdmann, el último ícono mundial a la hora de referirse al potente cine alemán contemporáneo y que no frenó su carrera hasta una nueva nominación al Oscar para ese país, que ya ostentaba las estatuillas para En algún lugar de Africa y La vida de los otros.

Por eso esta 17 edición del Festival de Cine Alemán es una tan sutil como intensa combinación entre renovación y permanencia. Por un lado porque la calidad de la selección convirtió a este encuentro en mucho más que un festival temático siendo una ventana a una cinematografía que seduce por su nivel. Ya sea desde una comedia con la mítica Senta Berger (que asume el papel de una profesora jubilada sin perder un ápice de belleza y elegancia), cuya familia recibe a un refugiado nigeriano en Bienvenido a la casa de los Hartmann la más exitosa del último año en Alemania, hasta la mirada plena de ganas de vivir en El día más hermoso, con Florian David Fitz delante y detrás de cámaras en la búsqueda desesperada de la jornada más feliz. Ambas revalidan las cartas del cine alemán en el terreno de la comedia. Donde tampoco falta humor negro es en el reencuentro de cinco amigas, Cinco mujeres, una promisoria opera prima de ficción del director Olaf Kraemer que no puede esconder su fascinación por Hitchcock. Desde el drama también puede indagarse sobre la felicidad, así lo demuestra El éxtasis de Sven Taddicken con Martina Gedeck y Ulrich Tukur en este film que integró la Selección Oficial del Festival de Cine de Karlovy Vary En igual clave cinéfila si usted cree que nadie puede seguir los pasos de Bresson es porque no consiguió entradas para El camino soñado, una no metafísica pero si ascética película en dos tiempos históricos (el presente y el simbólico 1989), que remite al tratamiento cinematográfico del recordado director francés. A la hora de las firmas reconocibles es inevitable detenerse en Las flores de antaño de Chris Kraus (Cuatro minutos); Paula de Christian Schwochow (celebrado por Occidente), Antes del Alba de María Schade, y quien no necesita otra presentación que su nombre: Volker Schlöndorff que vuelve al festival con su último film Regreso a Montauk luego de integrar la Selección Oficial de la Berlinale.

Documentales, películas para niños, un clásico restaurado de la mano del Goethe Institut y la joven generación del cortometraje son otras de las vertientes desde las cuales nutrirse del manantial del siempre renovado cine alemán. Un cine distintivo que permite diversidad en la cartelera porteña.

 

Pablo De Vita

Crítico de cine

Diario La Nación